Valledupar, ni la más segura, ni la más insegura

Valledupar, ni la más segura, ni la más insegura

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Recientemente salió un artículo en la revista Semana en la que ubican a Valledupar como una de las ciudades más peligrosas del país por su “actual estado de inseguridad” en la que citan cifras tomadas entre el 2014 y el 2015, no se sabe con qué intención se haya cometido este error.

Sin embargo Valledupar está siendo azotada por una ola de inseguridad producto de varios factores que vale la pena observar con detenimiento.

Valledupar  es una “ciudad destino”, el alcalde anterior implementó un programa de viviendas gratis récord en el país, prácticamente las viviendas que iban a ser construidas en Bogotá dentro del plan de solución de vivienda del presidente Santos, fueron adjudicadas a Valledupar, lo que generó una gran expectativa atrayendo a más 117.000 personas víctimas de la violencia en el país.

Estas comunidades son caldo de cultivo para que las bandas criminales. Debido a las pocas oportunidades que tienen sus jóvenes, son presa fácil para conformar parte de aparatos del crimen común y organizado.

La instalación de la cárcel de máxima seguridad, ha traído consigo reclusos de alta peligrosidad que siguen delinquiendo tras las rejas, montando su infraestructura criminal en la ciudad.

Históricamente en la región se ha movido el contrabando, con algo de complacencia por parte de algunos gobernantes de la capital. Esta práctica ilegal fue acabada de tajo por el gobierno del presidente Uribe, quien cerró los puertos de contrabando en La Guajira, el cual fue a parar a las “Bacrim” de Antioquia, ahora el contrabando entra al país por los Urabá antioqueños y chocoanos. Esto fue fatal para la región porque se impuso sin un programa de reconversión laboral que solucionara el problema de empleo de las comunidades que vivían de esa práctica ilegal.

Dentro del proceso de paz firmado por las Autodefensas y el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, en la ciudad establecieron cientos de reinsertados sin un programa de resocialización. Estos hombres, alentados por sus antiguos jefes desde la cárcel de máxima seguridad, crearon escuelas del crimen, que han encontrado un terreno fértil en los jóvenes desorientados de las comunidades desplazadas, que llegaron en busca de vivienda gratis.

El mismo gobierno Uribe, en su permanente controversia con el vecino país de Venezuela, provocó que los mandatarios venezolanos tomaran una serie de medidas, que terminaron acabando el comercio normal fronterizo, del que también dependían tradicionalmente muchas familias y que se quedaron sin el sustento.

Otra área que mueve la economía de la ciudad, es el corredor minero, pues muchos Vallenatos laboran en las minas extractoras de carbón, pero en los dos últimos años las relaciones de las empresas con los sindicatos han estado tensas, al punto que se han realizado tres paros en este lapso de tiempo, perjudicando gravemente la ciudad.

El verano intenso perjudicó el ya debilitado sector del agro, generando con ello mucho desempleo, especialmente en el área rural, pero que termina afectando comercialmente le casco urbano.

Otro fenómeno al que no ha sido ajena la ciudad es la migración de bandas criminales provenientes de Venezuela que han afectado a las regiones fronterizas.

En Valledupar han disminuido: El secuestro, el homicidio y la extorsión, pero han aumentado: El raponeo, atraco a mano armada, asalto de viviendas, atraco de establecimientos comerciales y robo de vehículos. Los cuales habían disminuido porque en el gobierno anterior se implementaron una serie de medidas mediante un decreto que regulaba la circulación de motociclistas especialmente dirigido a combatir el mototaxismo.

Según un estudio realizado por la alcaldía en su momento, se estableció que detrás de esa práctica informal, producto del desempleo y de la cual depende mucha gente humilde y honrada, se esconden las bandas organizadas que operan desde la cárcel de máxima seguridad, que utilizan el mototaxismo para hacer patrullaje e inteligencia para sus fechorías.

El pasado 23 de Junio un grupo de jóvenes universitarios organizó una marcha contra la inseguridad, que si bien no fue nutrida, si fue significativa, esta atrajo la atención del muy criticado alcalde Augusto “Tuto” Ramírez, quien manifestó que está comprometido en luchar desde su despacho por combatir este flagelo.

Y hay que reconocer que el mandatario está haciendo un trabajo organizado, recientemente obtuvo del gobierno central lo que ningún alcalde había logrado anteriormente, llegaron al ciudad 20 hombre de las fuerzas de tareas especiales FUCUR, las mismas que desmantelaron el temible Bronx en Bogotá, acompañados por 210 efectivos que vinieron a reforzar la policía local que contaba solamente con 420 efectivos.

La comunidad exige resultados inmediatos, el alcalde dice que se está trabajando para desarticular las bandas y capturar a los homicidas de las víctimas recientes, debe haber un punto intermedio; comprensión por parte de la comunidad y que la policía acelere el trabajo de individualización y captura de los delincuentes que están azotando la ciudad, pero eso sí, decirle desde este portal a la revista Semana que nada más lejos de realidad de colocar a Valledupar entre las ciudades más peligrosas del país. Hay problemas, eso no se puede negar pero las instituciones y la comunidad están esperanzadas en prontos resultados que reviertan esta situación.

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