Por: Eduardo Padilla Hernández, profesor de derecho ambiental.
Hay quienes creen que la rotura del río Cauca se debió a la fuerza de la naturaleza que busca su cauce natural. Pero todos sabemos que en 1938 se padecía una sequía y una emergencia sanitaria en La Mojana, una región que la comprenden por 11 municipios de los departamentos de Bolívar, Sucre, Córdoba y Antioquia. Ante esa situación las comunidades organizadas, lideradas por el cura español José De Gabaldá, según el sociólogo Henry Huertas, abrieron un boquetillo en el Cauca, antes de llegar a Majagual (Sucre). Cuando la comunidad abrió la «Boca del Cura» en 1938, este fue un canal de dos metros hecho para que el río Cauca irrigara agua fresca hacia La Mojana, que estaba azotada por la sequía, el hambre y las enfermedades.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ EN LA MOJANA
Cuando la familia de Gabriel García Márquez llegó a Sucre , en 1937, toda la región de La Mojana Sucreña vivía una situación muy difícil. La enfermedad gastrointestinal por el consumo de aguas estancadas aumentó la consulta de personas que tenían vientres como tambor. El imaginario popular transformó esas historias en hechos fantásticos como el caso del hombre que vomitó un mico alojado en su barriga de tambor, colocado allí por un brujo de La Sierpe. Contrario a ello, lo que hay hoy son mujeres de vientres abultados producto de la magia del amor, causado por el hacinamiento generado por las inundaciones de ‘Caregato’.
Donde quiera que llegaba Gabo, se hacía visible el realismo mágico.
Ese hecho solucionó el problema de la sequía, el hambre, la enfermedad y los vientres de tambor de los hombres famélicos, pero más tarde provocó un gran desastre ecológico con las inundaciones incontroladas. Desde entonces, La Mojana viene siendo azotada por inundaciones. La «Boca del Cura» que fuera la salvadora en un momento dado, se convirtió en una tragedia. Ahora el boquete es 10 veces más grande con la emergencia de «Caregato».
Los beneficiarios de una comida a la semana de «Las ollas comunitarias», lo único que quieren es que cierren «Caregato», para volver a comer sus tres comidas diarias.
EL ÍMPETU DEL AGUA
La comunidad dijo que «Caregato» es una mina de oro, y no se equivocaron, pues trajeron, del Brasil, una draga de bajo volumen, usada en el hermano país para explotación aurífera, contratada a dedo y sin ningún control de dirección técnica, financiera, ni administrativa. El equipo mencionado era inadecuado, de muy bajo volumen de corte, obsoleto y escogido a dedo sin un plan que mostrara eficiencia, rendimiento operativo y no sólo una gran facturación horaria
NUNCA EXISTIERON LOS SIGUIENTES ELEMENTOS
-No hay valla informativa a pesar de haber un contrato que asciende a la suma de $4 mil millones.
– No hay plan de inversión de la obra.
-No hay plan de calidad.
-No hay medidas laborales sino por alto riesgo operativo.
-No existe en el sector «Caregato» la presencia física de interventoría, con la bitácora diaria, con control técnico de rendimiento y seguridad social laboral, ni actas mensuales de cuantificación de obras respectivas, muy a pesar de que la gobernación de Sucre pagó más de $400 millones por concepto de una interventoría fantasma de los ganaderos.
¡UN DESASTRE EN CADA INVIERNO!
Como es obvio, inmensas fortunas se siguen ahogando en las aguas del río Cauca y en los playones de arroceros y ganaderos engañados por políticos sectoriales, avivatos y «líderes» aparecidos con otro acento fonético. En marzo del 2020 se entregaron las obras de protección del talud exterior de la primera curva del meandro de «Caregato», que consistieron en bolsones de poliuretano tipo Tetrapak, con un peso superior a las 100 toneladas. Luego, a sólo 15 días de haber sido recibida la obra, se produjo el volcamiento de los bolsones superiores que permitieron las filtraciones del río y la apertura de la gran boca «Caregato», que ahora tiene una anchura de más de 300 metros. Durante la creciente, el río Cauca lleva más de 4.500 m3 por segundo, a una velocidad de 7 kilómetros por hora.
En cada invierno, por dicha boca hidráulica empiezan a salir cerca de 400 m3 de agua por segundo. En pocos días el río Cauca inunda más de 60.000 hectáreas de terreno de las planicies aluviales de la Mojana y Ayapel. El desplazamiento forzado de personas y animales, generado por la creciente del río Cauca, es apocalíptico. Como medida de mitigación inmediata optaron por cortar el meandro de «Caregato», con el fin de bajar el volumen y la presión hidráulica sobre la boca.
Ya que los humanos no han podido controlar a ‘Caregato’, tendrán que convocar a Noé, un experto diluvios, que desde la noche aterradora de los siglos, él estará planeando un sistema de respuesta de emergencia de control de inundaciones de cuatro niveles, en el cual el nivel I representa la respuesta más severa. Ojalá esta saga antediluviana, que es contada por diversas culturas en diferentes regiones del planeta, sirva para que los corruptos, que han hecho de las inundaciones un negocio rentable, reflexionen.
254 MIL DAMNIFICADOS
La construcción de espolones es imprescindible para desviar las aguas del río Cauca hacia el canal de La Esperanza, para que estas puedan tomar el cauce antiguo que tenían por madrevieja. En el pasado invierno se perdieron 38 mil hectáreas de arroz, y quedaron alrededor de 2.300 familias damnificadas y endeudadas con las emergencias de los años pasados, y no tienen cómo invertir ahora en sus fincas. Las comunidades de los 11 municipios de la Mojana solicitan la presencia de la Agencia de Desarrollo Rural y del Gobierno Nacional con proyectos productivos, con el fin de reemplazar el cultivo del arroz.
Dicen los campesinos que cuando empieza a llover, el gallinazo (zamuro) corre a elaborar el nido bajo la lluvia. Algo igual ha pasado con ‘Caregato’.
En el verano todo el mundo se olvida de La Mojana. ¡Pero en el invierno se arma tremendo alboroto!