Iván Cepeda, un «Senador de las Farc»

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Iván Cepeda Castro lo lleva en sus genes, los lleva en su sangre, «nació» y se «crió» entre ellos. Es un «hijo» de la izquierda, un «Senador de las Farc». Los hechos no mienten.

Sus progenitores,  que en paz descansen, fueron grandes ideólogos y militantes de la izquierda, inclusive, su padre don Manuel Cepeda Vargas, actúo como gran «jefe» en las sombras de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), aunque, para disimular en público, aparecía entre los agresivos dirigentes de la UP y del Partido Comunista al lado de Gilberto Vieira. Aunque siempre justificó esa cercanía con el tema de la paz. Son decenas de testimonios documentados que así lo certifican.

No en vano y en su memoria, las Farc, donde lo respetaban y admiraban como un ídolo, bautizaron su cuadrilla más importante y violenta con su nombre: «Frente 42 de Guerra  Manuel Cepeda Vargas», responsable de centenares de asesinatos, secuestros, atentados,  ataques a la infraestructura de país, etc.

Los colombianos siempre se han preguntado… ¿De dónde viene la afinidad, la confianza y la cordialidad de Iván Cepeda con los más temibles jefes de las Farc como Iván Márquez, Jesús Santrich o Rodrigo Londoño (Timochenko), entre otros?… La respuesta será obvia, como lo hizo su fallecido padre, siempre justificada en el cuento de la Paz.

Cepeda con alias El Paisa, uno de los más sanguinarios y narcotraficantes jefes de las Farc, ahora en el monte en armas con Iván Márquez y Jesús Santrich. El Paisa es el autor del carro-bomba al Club El Nogal en Bogotá, donde fallecieron decenas de inocentes.

 

En otros tiempos y con otra justicia, esa cercanía de Iván Cepeda con las Farc le hubiese dado varios años de cárcel, como a los políticos que se aliaron con las Autodefensas a quienes llamaron «parapolíticos», que él tanto criticó o satanizó y cuyo discurso lo catapultó al Congreso, al igual que a muchos otros militantes izquierdista.

Pero en Colombia la denominada Farcpolítica no fue penalizada, porque los magistrados de las Altas Cortes del pasado, entre el 2002 y el 2010, estaban enfrascados en una guerra política con el gobierno de turno y no tomaron ninguna decisión que le diera la razón al Ejecutivo de esa época en sus acciones contra la subversión y sus alfiles. Esa pugnacidad judicial salvó a Cepeda y a otros más de su clase.

Un ejemplo de esa justicia de un solo lado, es que descartaron los archivos y las decenas de evidencias encontradas en los computadores del fallecido jefe fariano Raúl Reyes, en los cuales ya se nombraba a Iván Cepeda, que todavía no era congresista y otros líderes socialistas, pero los magistrados sí procesaron o condenaron a políticos locales, senadores y representantes a Cámara por estar citados en documentos de las Autodefensas como «El Pacto de Ralito» o «El Pacto de Chivolo».

La prueba que en los computadores de Reyes nombran a Iván Cepeda.

Sin descontar que Cepeda encuentra su punto más alto de popularidad y el momento clave para legalizarle a Colombia su entrañable cercanía y amistad con las Farc y sus jefes, con el Acuerdo de Paz de La Habana (Cuba), realizado por el expresidente Juan Manuel Santos y los hombres de esa guerrilla entre el 2010 y el 2016.

Desde esa época este cuestionado Senador del Polo Democrático se volvió un defensor público, ya sin tapujos de las Farc.

Cepeda al lado de Santrich, feliz por su libertad.

Estuvo en el momento de la polémica liberación de Jesús Santrich por parte de la Corte Suprema, festejando con él, lo defendió de las acusaciones de narcotráfico al ser pillado en flagrancia en video negociado toneladas de cocaína con el cartel mexicano de Sinaloa, según acusaciones de Marlon Marín, el propio sobrino de Iván Márquez. Inclusive, dicen algunos que Cepeda hasta supo sobre el plan de fuga de este subversivo ciego y calló, en amplia complacencia.

Trino de solidaridad de Cepeda con Santrich en 2019.

Como era de esperar, Cepeda fue una de esas voces furiosas, al lado de Gustavo Petro, que salieron a defender en el Congreso y en los medios a Santrich, argumentando que hubo un entrampamiento en su contra por parte de la Fiscalía que le montó el caso del video negociando la droga con los mexicanos, para «acabar» el Proceso de Paz.

Este fue uno de los varios trinos de Cepeda a favor de Santrich en noviembre de 2020 …

Al punto, que el propio Santrich salió en otro famoso video a agradecerle a Cepeda, Petro y demás, la gestión en su favor.

También defendió a Iván Márquez de las acusaciones de narcotráfico y justificó su huida al monte para retomar las armas y llevar más de violencia al país, etc.

SE MOLESTA PORQUE LE SACAN SU AFINIDAD CON FARC

Luego de estos visibles hechos, Cepeda pretende que nadie le diga que es un hombre cercano a las Farc como lo hicieron una vez el expresidente Álvaro Uribe Vélez y sus hijos Tomás y Jerónimo  Uribe, a quienes le puso una Tutela, esperanzado en que tenía la justicia a su favor.

Cepeda alegó que le estaban violando sus derechos fundamentales a la dignidad humana, la honra, el buen nombre, el derecho a la intimidad, la presunción de inocencia como garantía integrante del debido proceso constitucional y hasta su imagen.

El congresista de izquierda se quejó por frases como estas utilizadas por los Uribe: «El joven senador Cepeda, afín a la Farc». «Después de que intentaron, compraron testigos, los compró el joven Cepeda, senador de Farc e intentaron comprar otros»… Esto último, en referencia al proceso penal que Cepeda impulsó en la Corte Suprema contra Álvaro Uribe por supuesta manipulación de testigos, caso en el cual el Senador de izquierda aportó testimonios contra el expresidente.

Sin embargo, la Juez 79 Penal Municipal con Función de Control de Garantías de Bogotá, María de los Ángeles Díaz, a quien le correspondió el proceso, determinó el pasado 24 de noviembre de 2020 que el Senador del Polo Democrático no tenía la razón y le falló en contra la acción por improcedente.

Según la jurista, Cepeda cuenta con los medios y herramientas (diferentes a la tutela) y puede activar mecanismos, como la retractación o la rectificación.

Para Jaime Granados, el abogado defensor de Uribe,  «las expresiones “afín a la Farc”, “senador de Farc”, “el líder de Farc”, “una expresión de nueva generación de Farc” constituyen una opinión política legítima por parte de mi prohijado, fundada en circunstancias de público conocimiento que le permiten manifestar que el accionado representa a la FUERZA ALTERNATIVA DEL COMÚN, organización derivada de un antiguo grupo subversivo».

Así las cosas, Cepeda anunció que apelaría la Tutela, pero los colombianos ya conocen su estrecha relación o simpatía de tiempo atrás con las Farc, la cual no puede negar porque es un hecho público y notorio, que el mismo ha vuelto visible.

Por su defensa a ultranza a todo lo relacionado con este grupo guerrillero y su proceso de Paz, en el Congreso y en los medios de comunicación que lo entrevistan constantemente, Cepeda, es sin dudas, un «Senador de las Farc».

COLUMNA DE OPINIÓN.

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Sixto Alfredo Pinto
Sixto Alfredo Pinto

Director de La Otra Cara. Investigador, Periodista y Escritor.


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