Por: Eduardo Padilla Hernández* y Sixto Alfredo Pinto, director de La Otra Cara.
En Montería dicen que Veolia convirtió el río Sinú en una cloaca por los vertimientos o derramamientos de aguas residuales en algunos sectores de la capital cordobesa
Una concesión es la acción de otorgar una administración a particulares o empresas el derecho para explotar alguno de sus bienes o servicios durante un tiempo determinado.
Durante muchos años el Estado le ha venido otorgando a diversas empresas de propiedad de particulares el derecho para explotar el servicio de acueducto, alcantarillado y obras complementarias de la ciudad de Montería, Córdoba.
Pero los resultados han sido desastrosos, pues en lugar de prestar un excelente servicio a la comunidad, se han dedicado a operaciones dolosas como el peculado (malversación de fondos), con la apropiación o uso indebido de los bienes públicos por parte de los funcionarios encargados de la administración del servicio del acueducto y alcantarillado de Montería.
Los delitos contra el patrimonio en Montería forman parte de los grandes flagelos que golpean a las comunidades en la ciudad.
Apropiarse o dar uso indebido de los recursos del acueducto y alcantarillado de Montería debería ser severamente castigado por las leyes colombianas, ya que este tipo de delito lesiona el patrimonio de la Nación, además de que afecta a una gran cantidad de personas que se sirven de dichos servicios. Pero parece que La Perla del Sinú, como le llaman a la capital cordobesa, es un territorio sin ley donde los “servidores” públicos, en connivencia con particulares, malversan los fondos del acueducto y alcantarillado de esa ciudad, violando el Artículo 397 del Código Penal (Peculado por apropiación).
GÉNESIS DEL PROBLEMA
En el año 2010, el Concesionario Veolia Aguas de Montería S.A. E.S.P., violó la licencia ambiental respectiva cuando las aguas residuales, con sus respectivas fecales y coliformes, que fluyen de la planta de tratamiento nororiental, fueron conducidas y derramadas en el río Sinú, a la altura de la calle 57, de la ciudad.
Para el 2014 se vuelve crítica la situación hidrosanitaria de Montería, por el déficit en almacenamiento de aguas blancas y tratamiento de las residuales; entonces, para subsanar esa Crisis, ese municipio firma el otrosí número 09 de 2014 con énfasis en la optimización de las tres plantas de tratamiento de aguas residuales con déficit operativo de 650 litros por segundos, contaminadas con fecales, que se vierten sobre caños superficiales y canales de drenajes, tipificando delitos ambientales.
Veolia, que maneja el Acueducto y Alcantarillado monteriano, ha venido incumpliendo la ejecución de las obras contratadas, muy a pesar de haber recibido más de 50 mil millones de pesos procedentes de las arcas del municipio de Montería.
La epidemia del Covid del 2019 obliga a la revisión operativa del medio ambiente urbano y su fuente hídrica, a causa de los vertimientos de aguas residuales derramadas en el río Sinú, a la altura de las calles 24 y 57, a pesar de no existir permisos de vertimientos, con lo cual se comete delito ambiental discriminado en el Auto 11227 de la CAR-CVS del 2019.
Pero, a la fecha, la multa consecuente no ha sido cancelada. Sin embargo, no existe ni una sola acción judicial contra los miembros del citado concesionario.
Esta Crisis sanitaria provocó la intervención de la Fiscalía General de la Nación, cuando se descubrió la inejecución de las obras obligantes del Otrosí 09 por valor de más de $50 mil millones.
Además, se generó el control de advertencia al municipio de Montería en agosto del 2020 y su responsabilidad en el peculado y detrimento patrimonial de ese municipio.
Hoy, en el 2022, el déficit operativo del sistema es igual al del 2014, que tiene al río Sinú convertido en Cloaca Sanitaria, lo que obligó a la Red Colombiana de Veedurías Ciudadanas (Redvigila) a denunciar el caso ante la Fiscalía General, probando que alcaldes, Veolia y Consulcor, interventor del servicio de agua, han cometido delitos civiles penales y ambientales, a raíz de las infracciones que generan el incumpliendo del contrato de concesión del Acueducto y Alcantarillado sanitario de Montería.
Estos hechos dolosos se cometen con claridad y evidencia, bajo la mirada celestina del Poder judicial de San Jerónimo de Los Charcos (como le dice a Montería el escritor de Caballo Viejo, José Luis Garcés González).
Esta catástrofe ambiental que se inició en el 2014, con la venia del alcalde de esa época, Rafael Correa Scaff (actual Ministro del Medio Ambiente), a pesar de haber generado un escándalo nacional, nadie ha sido procesado.
En esta especie de película West al estilo macondiano, Redvigila y el portal La Otra Cara con sus denuncias son los únicos “chachos” que han luchado contra los facinerosos de la cloaca monteriana, pero un viejo y conocido refrán dice: “Una sola golondrina no hace verano”.
Es necesario que el pueblo monteriano se levante con una conciencia ambiental despierta para enfrentar unidos al monstruo fecal que está evacuando en las aguas del majestuoso río Sinú.
*Eduardo Padilla es profesor de Derecho Ambiental y Presidente de la Redvigila