Por Tulia Saénz.
Ex edil y excandidata a la Cámara por Btá del Nuevo Liberalismo.
Ahora más que nunca, existe la oportunidad real y no retórica de la reivindicación de las mujeres, de su papel en el pasado y presente del país, además de ser el factor fundamental en un futuro con avances sociales pero con el rescate de valores y principios fundamentales de la nación colombiana. Esa oportunidad tiene fecha y horario: 19 de junio de 8 a.m. a 4 p.m.
“Puedes bloquear tus bibliotecas si los deseas; pero no hay puerta, ni cerradura, ni cerrojo que puedas poner sobre la libertad de mi mente”: Virginia Woolf, escritora vanguardista británica y precursora del feminismo moderno (1882-1941)
Mis palabras serán cortas esta vez, debido a que el trabajo incansable realizado, no de ahora, sino de antes de mi reciente aspiración a la Cámara de Representantes por Bogotá bajo las banderas del Nuevo Liberalismo, ha tenido por principio el contacto directo con la realidad y vivencia de las mujeres en todo el territorio nacional y en la capital. Ahora que nuestro renacido Partido ha tomado la sabia decisión anunciada en los pasados días, de acompañar en segunda vuelta al ingeniero Rodolfo Hernández -el legado de Luis Carlos Galán ha sido siempre adelantarse a su tiempo y acompañar los cambios necesarios en la sociedad-, es mi deber, y el de todas las mujeres conscientes y demócratas del país en estos últimos días decisivos antes de las elecciones, llevar el mensaje de un cambio dentro de las instituciones para nuestra sociedad.
Dentro de lo anterior, quiero expresar mi felicidad de contar con alguien de las calidades académicas, humanas y familiares como lo es la fórmula vicepresidencial Marelen Castillo Torres, que sin duda alguna con su ejemplo de vida representa de manera real esa transformación del papel protagónico de las mujeres colombianas en todos los campos de acción educativos, laborales y sociales. Para TODAS, que deje de ser un requisito para cumplir nuestros sueños y los de nuestros seres queridos una serie de condiciones artificiales que han sido impuestas desde hace mucho tiempo, y que impiden al talento humano, la inteligencia emocional y la creatividad ser recursos suficientes para crecer, surgir y emprender dentro de Colombia.
La resiliencia, resistencia, empatía, carácter, tenacidad, ternura, pensamiento crítico, amabilidad y constancia naturales de la mujer colombiana deben constituir en una nueva sociedad una parte fundamental de la administración pública, la política y la dinámica económica, para traer esa necesaria nueva dimensión, cumpliendo con esos objetivos globales para frenar el impacto ambiental de la actividad humana, que basó hasta hace muy poco tiempo su desarrollo en una extracción indiscriminada que dentro de la sociedad durante siglos dejó allí muchas secuelas y prejuicios, entre ellas la amalgama de construcciones mentales negativas que han relegado a la mujer a un papel terciario e inexistente.
La unión por nosotras y por el país es fundamental; se nos presenta la oportunidad de tener al fin una presidencia gerencial, ejemplar y que acabe con la exclusión de la mujer, la polarización e instrumentalización de las poblaciones, comunidades y minorías para propósitos proselitistas sin dar nunca soluciones reales a sus problemas cuando los sectores ideológicos que las promueven llegan a escenarios de poder público.
¿Y cuál es el paso a seguir? Unirnos, usar nuestra voz a través de las redes sociales, los medios de comunicación masivos, las calles, nuestras familias y nuestro entorno para masivamente acompañar esa gran y única oportunidad este próximo 19 de junio votando por Rodolfo Hernández, Marelen Castillo y las mujeres colombianas.
¡Llegó nuestro momento mujeres de Colombia! ¡Ni un paso atrás, siempre adelante!
