Los Galimatías de Caregato

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Por: Eduardo Padilla Hernández, abogado presidente de Redvigila.

Matías de Gali era un autor antiguo que en un mismo texto escribía en griego, hebreo y latín.

De ahí viene la palabra galimatías, que significa confusión, desorden, lío o lenguaje difícil de comprender por la impropiedad de las frases o por la confusión de las ideas.

Yo iba caminando por una galería, cuando vi a Ramón, un hombre sencillo, amable, inteligente, que se retiró de la actividad de la pesca, y que ahora lustra zapatos en el mercado. Lo saludé, me senté para embetunarme y le pregunté:
-¿Qué dicen los políticos cuando se refieren a la problemática de Caregato?

El humilde hombre respondió con desparpajo y sin ambages:
-«Ombe», «docto», la verdad es que cuando esos manes hablan, uno queda «azul» (mente en blanco, que no entiende nada).

Luego agregó mi interlocutor:
-“Yo creo, mi docto, que esas figuras hablan así, más enredado que un bulto de anzuelo, es para que la comunidad no entienda que todos los años, en cada inundación, esas lacras se roban el billete que el gobierno manda, por eso nunca han tapado la boca de Caregato, para seguir robando”.

Mientras Ramón le aplicaba la segunda capa de betún a mis zapatos, comenté:
-Trascendió a los medios, don Ramón, que la Contraloría General de la Nación abrió una indagación preliminar por presuntos incumplimientos, de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), en los contratos para atender las inundaciones ocasionadas por el rompimiento del jarillón del río Cauca en el sector de Caregato, en La Mojana.

Ramón respondió:
-Eso es pura propaganda, don Edua, para que la gente crea que la autoridad está tomando cartas en el asunto, pero siempre ha sido así, verá usted que esa investigación no llega a ninguna parte.

-Entonces, don Ramón -le pregunté-, ¿según usted, la problemática de Caregato no tiene solución?

Ramón aseguró:
-Aunque los corruptos quieran tapar el sol con las manos, ya todo el mundo sabe de sus fechorías, y tarde o temprano esos peces gordos serán atrapados con el trasmallo de la justicia”.

-Pero, Don Ramón -insistí-, no lo entiendo, usted acaba de decir que el problema de Caregato no tiene solución. Por favor me explica lo que quiso decir.

-Mire, mi estimado amigo -coligió Ramón-, lo que pasa es que como ahora hay un gallo fino en la presidencia de Colombia, que es contrario a la mafia, los corruptos están sitiando al mandatario, para ganar tiempo con escándalos sobre problemas que no existen, y eso va a demorar la solución de la problemática de la Mojana, lo que significa que Caregato va a tener la boca abierta por mucho tiempo.

Hacía rato que Ramón había terminado de acicalar mis zapatos, pero yo me quedé en el banco donde se sentaban los clientes, por lo que Ramón me preguntó:
– ¿Qué le pasa que lo veo pensativo?

Yo reaccioné y le respondí:
-Don Ramón es que cada vez que usted habla con esa gran capacidad de comunicación, me acuerdo que en los Estados Unidos existió un hombre, esclavizado por los blancos, llamado Thomás Fuller, quizás de la talla de Albert Einstein o Nicola Tesla, pero como era negro, no le dieron la libertad ni la oportunidad de manifestar su extraordinaria inteligencia lógico-matemática.

-Tengo la certeza de que las cosas van cambiar positivamente -finalizó diciendo Ramón-.

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Eduardo Padilla Hernández
Eduardo Padilla Hernández

Abogado, Columnista y Presidente Asored Nacional de Veedurías


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