El anuncio de negociaciones de paz con el ELN ha suscitado dos serios interrogantes que tienen que ver con las FFMM. ¿Habrá militares activos en la mesa de diálogo? Y, de ser así, ¿qué papel desempeñarán?
La importancia de los militares en esta mesa y en cualquier otro acercamiento a un grupo subversivo resulta trascendente por cuanto ellos han sido por décadas, en cumplimiento de claros mandatos constitucionales, participantes en los conflictos, en defensa de las instituciones y de la República. Sin embargo, hay algunas dudas al respecto de su eventual intervención en esta convocatoria. Al ser llamados a retiro más de 80 altos oficiales, lo que ocurrió en los albores del gobierno Petro, se puede pensar que los militares actualmente activos no tienen la suficiente experiencia para abordar exitosamente este compromiso. Y hay que considerar, además, que esa premeditada demolición de las FFMM pudo producir, lógicamente, efectos negativos en la moral de nuestros militares.
Así las cosas, y no obstante la indiscutible credibilidad que el pueblo colombiano tiene en sus Fuerzas Militares, no tendría mucho sentido que fuesen a esta mesa oficiales sin la información y experiencia que reclama ese proceso, pues, podrían tener un papel deslucido y eventualmente perjudicial, situación que luce objetiva al valorar el rol que cumplió quien pese a gozar de esos atributos en el proceso de paz en la Habana, General Jorge Mora Rangel, tuvo una actuación opaca, como lo plasmó, ya a destiempo, en su libro “Los Pecados de la Paz”. Entonces, si esto le ocurrió a ese general experimentado, ¿qué esperar de los oficiales activos ascendidos a la carrera por efectos de una reprochable depuración de las FFMM y quienes están comprometidos con el gobierno de turno por su ascenso fuera de tiempo? La utilidad de su participación sería casi ninguna, por el contrario, podría venir en detrimento de los intereses de la patria debido a su desconocimiento del dispositivo, posición y fuerza del ELN. Las condescendencias con las Farc han impedido que se pueda predicar que se logró “la paz total” buscada por Santos, hecho fácilmente demostrable no por la existencia de las denominadas “disidencias”, sino por la conducta adoptada por algunos de los guerrilleros que suscribieron el llamado Acuerdo de la Paz.
El ministro de Defensa se pronunció respecto a este asunto manifestando que habría militares activos en las «mesas técnicas». Se copia así lo acontecido en la Habana. Su actividad se reduce, en virtud de una extraña y traicionera invitación, a convalidar lo que los terroristas impongan en la mesa principal a los negociadores del gobierno quienes, se dice, solo estarían interesados en cerrar pronto el acuerdo para que Gustavo Petro, también pueda obtener el Nobel de Paz. Ya contamos con un Nobel de Paz fruto del engaño que se pactó con las Farc, por lo cual todo esto suena a despropósito. Pero en este mundo globalizado todo es posible, aún superar el imaginario de otro premio Nobel, García Márquez.
El resultado sería entonces, muy posiblemente, una catástrofe como la que se derivó de los acuerdos de la Habana y que combinó un Nobel de Paz con fascinerosos de las Farc ocupando curules en el Congreso sin pasar por elecciones, sin resarcir a las víctimas, sin entregar valiosa y necesaria información, con unas “disidencias” activas, menores reclutados y en el “boom” del narcotráfico. Y, desde luego, es probable que a los colombianos de bien nos corresponda pagar más impuestos para un nuevo tribunal de justicia en el que como hasta la fecha ha ocurrido con la llamada Justicia Especial para la Paz no haya condenas para los crímenes de las Farc. En experiencia, aguante y preparación el Eln les supera.
Por ahora se conoce que la delegación del gobierno estaría conformada por Otty Patiño, los senadores Iván Cepeda y María José Pizarro, el líder campesino Alberto Castilla, el antropólogo Horacio Guerrero y, oh sorpresa, inimaginable la escogencia del líder gremial José Félix Lafaurie.
El ex guerrillero Otty Patiño, quien encabeza la delegación, fue militante activo del M-19. El senador Cepeda, no nos digamos mentiras, es quien maneja los hilos de la agenda dado su perfil y formación. El ingreso de María José Pizarro es en memoria de su padre Carlos Pizarro, también guerrillero del M-19. Ella y Cepeda tienen en común el ser hijos de militantes de izquierda asesinados. Desentona y preocupa el ingreso del líder gremial ganadero, sector que ha sido víctima de los desafueros del ELN. Sin duda su participación ha causado revuelo política, críticas por un lado y aplausos por otro. El tiempo dirá si acertó al aceptar la invitación que le hiciera el gobierno Petro para ser negociador.
La ley de “La Paz Total”, que ya con la celeridad y rapidez que pretenden imprimirle a la llegada del cambio, confiere facultades para que se impulsen las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional, con las propias disidencias de las Farc que no participaron en las de la Habana, y que absurda e inconstitucionalmente se conoció que será llevado a la mesa la nueva Marquetalia que dirige el terrorista alias Iván Márquez quien perdió todos los beneficios por incumplir el acuerdo y volverse alzar en armas contra el estado colombiano defendiendo su negocio de narcotráfico que no será nunca rebelión, no rebela nada más ni nada menos que la impunidad. No debemos olvidar que sin justicia no hay paz.
Aquí, en una lectura desprevenida de lo pretendido en esta ley, surge que es el pacto de la Picota el que está en marcha y que el narcotráfico está en el eje central de esta negociación de la cual el ELN quiso distanciarse, pero es que entre bandidos y criminales no hay distingo, su identidad es el crimen.
La dignidad comienza en casa y las FFMM y de Policía deben permanecer erguidas y no ser partícipes de un proceso de negociación con quienes representarán al gobierno, pues a excepción de la sorpresa mencionada tienen una clara ideología de izquierda y son felices concediendo prebendas inmerecidas para los terroristas. Confiemos que no les premien con acceso a la JEP o que les hagan otra a su medida. De aprobarles futuras curules los delincuentes de antaño tendrían entonces una mayoría especial en el recinto sagrado de la democracia.
Pildorita: Incomprensible ese reversazo de regresar a los mataderos. Se conoce ya que el gobierno mediante decreto 2270 de noviembre 2 de esta anualidad, modifica el decreto 1500 de mayo 4 de 2007. La razón ¿¿¿???