Por Rafael Nieto Loaiza
Chambón, incoherente, poco serio, mediocre cuando no francamente malo, es este gobierno. Una y otra vez, los ministros hacen afirmaciones sin ningún sustento, sin ningún estudio, solo movidos por prejuicios y por un latente fanatismo ideológico.
Declaraciones y anuncios de la Ministra de Minas, que ha demostrado no tener idea alguna de los asuntos de su cartera, de la Ministra de Salud, que parece tener como único propósito dinamitar el sistema de salud, de la Ministra de Agricultura sobre las fuentes para financiar la compra de tierras, del director de Colpensiones, o del director de la Función Pública, sobre los contratos de prestación de servicios, por citar solo algunos, que deben ser desmentidas, corregidas o moderadas, casi siempre por el Ministro de Hacienda, que funge como bombero permanente dentro del gabinete ministerial, el adulto mayor en un jardín de infantes deslenguados e irresponsables.
La cosa no mejora en asuntos tan sensibles como exteriores o defensa. El Canciller anunció el fortalecimiento del servicio exterior y ha inundado embajadas y consulados de amigotes imputados por delitos tan graves como el narcotráfico, compinches de la esposa de Petro, personajes que no hablan sino español y que no tienen ninguna calificación, conocimiento o experiencia para cumplir las tareas diplomáticas que les corresponden. El de Defensa anuncia la compra de aviones de combate franceses o el sistema de artillería autopropulsada y de larga distancia Caesar y se echa para atrás pocos días después.
Pero no son solo los ministros, es también la Vicepresidente que, por ejemplo, a la pregunta de cuál será “el primer paso” que se dará en la cartera de la Igualdad responde que “hay que reestructurar el Ministerio” recién creado.
Dicho esto, el peor es el mismo Petro. Ocampo lo ha corregido al menos media decena de veces. Dijo el Ministro de Hacienda que “no va a suceder” que se le entregará un salario a todos los desempleados, que no se va a establecer control de cambios ni impuestos a los ingresos de capitales, que no se va a tocar la independencia del Banco de la República, que no se comprarán tierras con TES, etcétera. Las declaraciones de Petro han sembrado incertidumbre en los mercados y han impulsado devaluaciones adicionales del peso además de las ocasionadas por el fortalecimiento global del dólar.
Pero son muchas las manifestaciones irresponsables o abiertamente mentirosas que ha hecho Petro. Para nombrar dos recientes, graves ambas, las que hiciera para atacar la bienestarina, que ponen en peligro la nutrición básica de millones de niños, y la del cese al fuego con distintos grupos armados ilegales.
Por Twitter, Petro dijo que “hemos acordado un cese al fuego bilateral con el Eln, la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central, las AGC y las Autodefensas de la Sierra Nevada […] prorrogable según los avances en las negociaciones”. Era falso. Las Fuerzas Militares, que no fueron consultadas, se enteraron del cese al fuego por el trino de Petro. A su vez, rápidamente el Eln desmintió que hubiera algún pacto de cese al fuego. Esta semana nos enteramos que en realidad tampoco había acuerdo con las otras bandas criminales. Y más allá de la violación a la Constitución y a ley que supone volver a negociar con las disidencias y las reincidencias de las Farc, a estas alturas tampoco es claro que hubiera acuerdo de cese al fuego con ellas.
Lo que el Ministro del Interior llamó audacia en realidad fue una mentira, otra más, de Petro. No habían acordado nada. Y nada se había previsto. Un cese al fuego que, como se ha dibujado después, le da certeza a los grupos armados ilegales de que no serán combatidos por la Fuerza Pública, pero que no garantiza que los violentos no sigan delinquiendo y que permite que sigan expandiendo sus negocios de narcotráfico. Hoy no hay duda de que todos son mafiosos, sin excepción.
No son solo palabras, problemas de comunicación o dificultades de coordinación. Es una marca, un estilo, el carácter del gobierno que no estudia previamente ni sus declaraciones ni sus acciones, que no coordina, que no prevé los efectos y consecuencias de lo que dice y lo que hace. Chapucero, improvisador, imprudente, mentiroso.
Lo peor que nos ha podido pasar.La llegada de la izquierda a este lindo país, donde hemos tenido tantas cosas buenas y no las han valorado.
No hay gobiernos perfectos pero ya van a tener oportunidad de comparar y van a decir:
“COMO VIVÍAMOS DE BUENO Y NO SABIAMOS”
No vale desgastarse replicando las falacias de un recalcitrante manipulador y tergiversador de la realidad.