Fabián Sanabria Sánchez, es un personaje de izquierda que se hizo famoso durante la administración del expresidente Juan Manuel Santos, por ser supuestamente irreverente en sus columnas en algunos medios de comunicación o sus comentarios en las redes sociales contra los opositores de ese exmandatario.
Sanabria, profesor de la Universidad Nacional, fue y es uno de los amplios defensores del Acuerdo de Paz entre Santos y la guerrilla de la Farc en La Habana, Cuba.
Su vocabulario lleno de desparpajo, odio, insultos, polarización, vulgaridad, mal gusto y hasta amenazas es aplaudido por los seguidores del santismo porque Sanabria, en videos, no duda en hablar mal de las mujeres, desearle la muerte a cualquiera, llamarlo HP o maldito. Al punto, que Twitter hasta le suspendió su cuenta personal, generando protesta por parte de sus seguidores y el júbilo de sus críticos.
Pero Sanabria, identificado con la cédula de ciudadanía No.79.529.937 de Bogotá, como muchos otros, siempre tuvo un motivo secreto: Santos, como pago por sus servicios y constante defensa pública de su gestión, lo nombró, entre 2011 y el 2015, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), una agencia gubernamental científica y técnica adscrita al Ministerio de Cultura, que tiene la misión de investigar, producir y difundir conocimiento en antropología social, arqueología, historia colonial y en los parques arqueológicos del país.
Allí, Sanabria manejó a diestra y siniestra los recursos públicos, realizando toda clase de dudosas negociaciones. Por ejemplo, hay un jugoso contrato de más de $1.135 millones que le adjudicó, a dedo, el Mincultura y el ICANH (dirigido por el citado personaje), al Fondo de Desarrollo de Proyectos de Cundinamarca –Fondecun-, para que lo ejecutara entre octubre del 2013 y abril del 2015, en plena época del Proceso de Paz del santismo.
O sea, que Sanabria también manejó «mermelada» del santismo y ayudó a despilfarrar los recursos del Erario.
El objeto de dicho contrato No. 2454, era: «Ejecutar la Gerencia Integral del proyecto para la Construcción de un nuevo volumen en el Parque Arqueológico de San Agustín (en el Dpto del Huila) que albergará los usos complementarios de Taquilla y Baños». En otras palabras, para agrandar los Baños y la Taquilla del San Agustín.
Este es el gran contrato que gestionó Sanabria en el gobierno de Santos, que se conoció por las redes sociales:
El citado negocio en el ICANH, inicialmente se entregó por más $980 millones, pero tuvo una adición de más de $127 millones, que firmó el controvertido Sanabria para llegar a un total de $1.135.866.597.
Hay que preguntarse: ¿Se lucró Sanabria de ese contrato? y si así fue: ¿Cuánto se ganó por esa gestión?
Un contrato de corbata para el propio Sanabria
No obstante, que Sanabria gerenció dineros de los colombianos en la era de Santos para hacer extrañas obras, también recibió en esa bonanza de «mermelada» su propio contrato.
Santos le hizo entregar, en forma directa, un contrato de $88 millones en el 2017 para apoyar el programa llamado «Año Colombia-Francia 2017«.
Se deconoce si el objeto del citado negocio, pagado con los impuestos de la ciudadanía, se realizó a cabalidad.
Desde esa época de Santos y con los contratos en mano, Sanabria comenzó a ser conocido en Colombia como un militante vociferante de la izquierda que hablaba alto a favor del Gobierno santista y repudiaba hasta caer en la ordinariez o la grosería a sus detractores. Eso sí, muy consultado por los medios de comunicación que también recibieron sus contratos durante la presidencia santista. Obviamente, este polémico personaje tenía muchas razones económicas en su conciencia y sus bolsillos para sus actuaciones…
El texto presentado por La Otra Cara, parece ser escrito por un uribista -todos parecen cortados con la misma tijera-, quien con estas aseveraciones solo llama al engaño. El escrito es muy similar al de Álvaro Uribe quien utiliza expresiones como “me dijeron», “me comentaron», “me advirtieron” […], sin esclarecer los nombres de las acciones verbales. Por esta razón, cuando no hay argumentos, sino información a la deriva como un barco sin timón, no hay ninguna credibilidad de un texto como este. Quien lo escribió se camufló en este medio de comunicación.
Pero usted habla de supuestos, no aporta pruebas concretas de corrupción o malos manejos, nos muestra un contrato que no indica ni evidencia ningún tipo de corrupcion, se asemeja su acusación a un prejuicio.
No solo eso, en los videos de youtube en los que vándalos atacan la sede de RCN Radio sale sonriente protegiendo a los agresores (ver minuto 2:03 a 2:15 camisa azul de puntos con un porrarscarapela azul en el cuello…..https://youtube.be/EKrptPtYjbE