Las misteriosas desapariciones del Presidente

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Bernardo Henao

Por: Bernardo Henao Jaramillo.

Columnista de Opinión

La página del idioma español – Elcastellano explica la procedencia de la palabra misterio y dice “Mysterion provenía de mystes ‘iniciado en ritos secretos’, con origen en myein, un verbo que significaba ‘cerrar la boca o los ojos’, del cual se derivó también mystikós, la palabra griega que dio origen a nuestra mística. La más famosa de estas ceremonias era la que se realizaba en el templo de la diosa Deméter, en la ciudad griega de Eleusis, un rito reservado a los iniciados que se comprometían a no revelar nada de lo que vieran y oyeran”, significado que se acompasa con las inexplicables, secretas y recónditas “fugas” del Presidente.

Esa conducta del Primer Mandatario, sin duda, puede tener tintes novelescos, pero, es lo cierto que es un tema de mayor amplitud, dado que como Jefe de Estado encarna en forma íntegra los intereses de las instituciones y de los gobernados y por ende debe preservar la transparencia en sus actuaciones y adecuar su comportamiento a la Constitución y a la ley. Valga anotar que la Carta Política si bien no contempla que el Presidente debe pedir permiso para viajar al exterior, sí determina que debe informar o avisar previamente al Senado de la República (artículo 196 CP).

Sin embargo, se viene observando que el gobernante “prolonga” su estadía en el extranjero, para lo cual emite un decreto. Así, en pasado viaje a Francia el presidente Petro se esfumó y abandonó a su suerte a la delegación colombiana que le acompañaba. Se hicieron averiguaciones pero al final del día no se supo qué le ocurrió ni dónde estuvo. Se postergó por dos días el retorno al país y crecieron los gastos por cuenta del erario público.

Ahora viene a repetirse este tipo de suceso con ocasión del viaje de Petro a Brasil, para participar en la Cumbre de la Amazonia. A la postre no participó en varios de los eventos clave y no apareció para la foto oficial.

Es tanto como si no hubiese asistido al evento.

El presidente llegó el día 10 de agosto al aeropuerto de Belem de Pará, con un día de retraso, y se informó a la opinión pública que esto había sido por causas climatológicas. Pero el aeropuerto había operado normalmente durante todo el día y las condiciones atmosféricas habían sido buenas. «Más fácil cae un mentiroso que un cojo», reza la sabiduría popular.

¿Cuánto cuestan a los colombianos estos viajes del Jefe del Estado en los que él llega tarde a los eventos o desaparece?

No hay discusión en cuanto a que estos viajes corresponden al manejo de las relaciones internacionales, más, ¿qué sentido tiene desplazarse para no concurrir a los eventos programados y, y posteriormente «alargar» la estancia?

No se conoce si los costos que esto produce son cubiertos con dineros del propio presidente, como debería ser, incluyendo los causados a la numerosa comitiva que le acompaña. Porque esto no corresponde al presupuesto que, por cierto, proviene del bolsillo de los colombianos.

Entendemos que el presidente debe dar cuenta de sus viajes, por cierto numerosos ya que ha estado sufriendo desde su posesión de una especie de delirio viajero. Lo ha hecho? ¿Cómo ha justificado sus desapariciones?

Volviendo a la Constitución se encuentra que los incisos primero y segundo del artículo 196 de la Constitución rezan: «El Presidente de la República, o quien haga sus veces, no podrá trasladarse a territorio extranjero durante el ejercicio de su cargo, sin previo aviso al Senado o, en receso de éste, a la Corte Suprema de Justicia.

La infracción de esta disposición implica abandono del cargo».

Cabe entonces preguntarse lo siguiente:

Si solicita permiso por determinado número de días y se “esfuma” del lugar de destino, aumentando así los días de permanencia en el exterior ¿queda incurso ya por ese hecho en abandono?

Con posterioridad a esta “pérdida” se conoció que la Casa de Nariño justificó la demora por las condiciones meteorológicas, por lo que se prolongó el encargo dado al ministro Ricardo Bonilla expidiéndose el decreto 1298 el día 9 de agosto de 2023. Es curioso que el decreto de marras está firmado por el Presidente quien en ese momento se encontraba “desaparecido”, entonces, cuándo y cómo “reapareció” para modificar el decreto 1293 de agosto 4 de esta anualidad?

Este tema, que se ha venido tratando con ligereza, no es de poca monta. Puede en cualquier momento derivar a un asunto de seguridad nacional. Parece ser un tema del fuero personal del Presidente pero, por sus posibles consecuencias, no lo es. Se rumora que se trata de su estado de salud, que pueda estar enfermo o que se debe a alguna “adicción”. También está presente la posibilidad de que esa conducta esté relacionada con su personalidad o con su salud mental.

Pildorita Uno: Excelente, a pesar de la demora, conocer la decisión de la Corte Constitucional proferida el 16 de febrero de 2023, la cual con total claridad precisa que la Procuraduría sí puede sancionar a funcionarios elegidos por voto popular.  Sentencia C-030 de 2023 Expediente D- 14503

Pildorita Dos: Deplorable y se rechaza por completo el vil asesinato del candidato Fernando Villavicencio (q.e.p.d.) en el que al parecer están involucrados varios colombianos y un venezolano como autores materiales. Indispensable que la justicia ecuatoriana condene ejemplarmente a los autores y  a los determinadores del magnicidio. A su familia y al Ecuador extendemos nuestras condolencias.

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