Por: Óscar Ricardo Colorado Barriga
Lo ocurrido en la vereda El Manso, municipio de Tierralta (Córdoba) deja más preguntas que respuestas. Si se analiza la declaración temeraria y guerrerista hecha por la desgracia de ser humano que nos gobierna, es evidente que aprovecha el hecho para destilar veneno en contra de: la Fuerza Pública, los ganaderos y empresarios a quienes tildó de asesinos y masacradores ante un auditorio de petristas resabiados que aplaudían como focas. Su intervención es descontextualizada, arrogante y mentirosa, corresponde a la de un guerrillero que junto a sus camaradas del M19, cometieron los peores vejámenes de los que se tenga conocimiento sirviendo de instrumentos del narcotráfico en la toma del Palacio de Justicia donde quemaron y fusilaron cerca de 100 personas y en una orgía de sangre y drogas ajusticiaron a 164 de sus propios compañeros en lo que se conoce como la matanza de Tacueyó, de la cual el padre y tío de las niñas Pizarro presumían. No podemos esperar que de un cactus emerjan duraznos.
Quiero creerle al señor General Comandante del Ejército, cuando en un gesto de altura reconoce que en este hecho participaron militares, que haciéndose pasar por terroristas de las FARC aterrorizaron sin justificación alguna población civil, enlodando el nombre de hombres y mujeres que integran el Ejército Nacional, los mismos que siempre han estado prestos a socorrer conciudadanos en todo tipo de tragedias, aún a costa de sus propias vidas.
Estos supuestos militares, discípulos de oscuros personajes como el sargento Chalá, Coronel Velázquez o los Generales petristas Ricardo Díaz, Parra León, Pinto Rodríguez y Huertas Herrera, no tienen disculpa alguna. Deben ser enjuiciados con la mayor severidad posible, exigiéndoseles que informen quién dio la ORDEN para ejecutar tan horrenda acción y no sea ahora, que Petro el principal beneficiado con este crimen, les nombre gestores de paz y mañana terminen en el Congreso como los asesinos y violadores de las FARC, a quienes al parecer intentaban imitar.
El presidente drogadicto, como el cobarde que es, NUNCA sale a explicar los múltiples escándalos y descalabros que rodean su pésima gestión, pero en este caso, corrió a desinformar y al estilo de la Zuleta, ensuciar a sus contradictores, callando el EXTRAÑO ataque al helicóptero que trasportaba al sitio de los hechos una comisión de investigadores y más EXÓTICO aún, exigiendo que fuera la justicia penal militar y su gobierno, los únicos que adelantaran las pesquisas respectivas, usurpando funciones constitucionales en cabeza de la Fiscalía y la Procuraduría, qué pretenderá acallar?
¡Gustavo, le temes a la verdad Y TU PÉSIMO EJEMPLO CUNDE!
(R) OSCAR RICARDO COLORADO BARRIGA
Twitter: @ricacoloradodo
