Autoridades Nacionales e Internacionales demostraron la labor de Tania Otero de Funtierra fue ejemplar y transparente

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Por: Eduardo Padilla Hernández.

Algunos políticos corruptos, valiéndose de falacias, intentaron mancillar el nombre y el prestigio de Tania Otero Arroyo, una profesional universitaria en odontopediatría que ha dedicado su vida a la paidología, una ciencia que estudia todo lo relativo a la infancia y su buen desarrollo físico e intelectual; en su caso específico, ella esgrimió esta disciplina con amor para ayudar a los niños discapacitados.

Amar a un niño discapacitado es ir más allá de su individualidad como persona; es percibirlo y valorarlo como una muestra de la humanidad entera, como una expresión del Hombre, como una manifestación palpable de esa esencia trascendente e intangible llamada “ser humano”, de la cual ellos forman parte; es reconocer, a través de la ternura de esos niños el mandamiento máximo de Dios: “Amaos los unos a los otros”.

Mientras que el mandamiento de los adversarios de Tania es “robaos los unos a los otros”.

Por muchos años Tania fue víctima de una tenaz persecución por parte de los medios prepagos y “paracos” de la región, quienes la fustigaron hasta la saciedad porque ellos querían coimas a cambio de dejarla ejercer su trabajo filantrópico en favor de los niños discapacitados.

Pero después de una larga batalla jurídica, autoridades competentes como Contraloría, SuperSociedades, Tribunal de Bogotá, Corte Suprema de Justicia, Corte Constitucional, Universidad de Cartagena y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en Washington, Estados Unidos, por su labor impecable, le dieron la razón a la doctora Tania Otero Arrollo. ¡Qué grande es esta mujer!

La honestidad y el valor espiritual de Tania es su mayor defensa contra un montaje de los corruptos del departamento de Córdoba, de los cuales hoy por lo menos doce están en la cárcel y otros pronto lo estarán.

Ella, la madre de mis dos hijas, permanece con su frente en alto ante una injusticia que viene demanda tras demanda para que los responsables paguen por sus perversidades.

Nunca dudé de la honorabilidad de mi esposa y la transparencia de su familia, quienes nos han apoyado en todo momento.

Hay una cosa muy importante y es el honor. Cuando el honor es vulnerado surge el valor y se manifiesta la esencia que es lo más grande del ser humano. De allí se mide el grado de conciencia.

Como siempre lo he hecho, hoy hago público mi elogio a Tania, por respeto y admiración, porque ella, a pesar de la persecución que ha sufrido, se mantiene fuerte; pues algunos de los disolutos que la atacaron, hoy están tras las rejas pagando por su maldad.

No descansaré hasta que la justicia les dé su merecido a todos los que han participado en el daño que le causaron a los niños discapacitados del departamento de Córdoba.

Yo no actúo con espíritu de retaliación, pero sí anhelo que la justicia les haga pagar por su maldad al resto de esos bribones, que por su culpa en Córdoba nunca volverá a lograrse una empresa científica y humanitaria como Funtierra Rehabilitación.

Mi labor de veedor consiste es seguir defendiendo a los honestos, como lo he venido haciendo con mi esposa Tania.

Les agradezco a los jueces honestos y a los funcionarios pulcros de la Contraloría general de la República, de SuperSociedades, de Unicartagena y demás autoridades, quienes dirimieron basados en la verdad en este asunto.

Ante la verdad nadie puede decir otra cosa.

Esta semana, Unicartagena le informó a la Gobernación de Córdoba que Funtierra cumplió con todos los requisitos legales.

A usted, gobernador, que estuvo pésimamente asesorado, está a tiempo de corregir sus acciones, antes de que las autoridades se encarguen de corregirlo.

Porque la gobernación, como institución del Estado, debe actuar con toda la caballería para frenar la corrupción de la salud en Córdoba.

Hoy mi esposa sigue su lucha, a mi lado, para instaurar jurídicamente todas las acciones que conduzcan a la reparación de nuestra honesta empresa, perseguida por los senadores corruptos a quienes nunca nos sometimos.
Tania Otero Arroyo señala que “la Contraloría General de la República, en pronunciamiento reciente resolvió archivar el proceso de responsabilidad fiscal contra la entidad que dirijo, por no encontrar configuración de elementos que condujesen a la determinación de responsabilidad fiscal por detrimento patrimonial al departamento de Córdoba, por lo que no nos explicamos las razones que existen para aún, de forma necia, negar el pago que el prestador de servicios de salud que dirijo tiene el derecho inalienable de percibir”.

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Eduardo Padilla Hernández
Eduardo Padilla Hernández

Abogado, Columnista y Presidente Asored Nacional de Veedurías


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